Características de un adorador

De suma importancia es este tema, ya que a través de el descubriremos qué es necesario tener para adorar al Padre Celestial como El anhela que le adoremos. Características es en otras palabras, el carácter de un adorador, sus cualidades, su forma de ser, de allí que pueden encontrarse muchas, miremos algunas:

I. Haber entregado su vida a Jesucristo como Señor y Salvador (Juan 3:4-7)
A. Aspecto fundamental y sencillo de la vida cristiana, porque si no se tiene fe, se descalifica para adorar al Padre.
B. Siendo el hijo traído a la Tierra para glorificar al Padre, se hace necesario que El nos enseñe el camino de cómo hacerlo también nosotros (Juan 14:10-14).

II. Conocedor del propósito dicho para el hombre (Efesios 1:12 y Rom. 8:29)
A. Muchos ignoran el propósito de Dios y por lo tanto, no pueden ejercer su ministerio de adoración al Padre.
B. En la obra especial de Creación realizada por Dios al hombre se le dio un triple propósito para su vida:
  • Fue creado para adorar a Dios.
  • Fue creado para tener comunión con Dios.
  • Fue creado para glorificar a Dios en su vida.
Quien conozca y le sea revelado por el Espíritu Santo este propósito tendrá la conciencia del porqué está en esta Tierra.

III. Tener un corazón humilde, un corazón como el de Dios (I Sam. 13:14)
A. En David nosotros podemos encontrar varias características de un adorador, ya que El es un gran ejemplo bíblico de la adoración al Padre. La humildad es un aspecto que debe tener todo aquel que quiera venir a la presencia de Dios. Es lo opuesto al orgullo – a la altivez. David tuvo como meta principal levantar morada, lugar de adoración a Dios, dijo que no descansaría hasta lograrlo, esto es negación, humildad, no buscar lo suyo propio, si no hacer la voluntad de Dios.
Salmo 43:25; I Pedro 5:5, Sal. 138:6; Isa. 66:2.

IV. Anhelar la presencia de Dios (Exodo 33:15)
A. El adorador es aquel que entiende que la presencia de Dios es lo más importante. Características de un Adorador
B. Muchos hacen cosas para Dios, pero lo hacen sin tener la seguridad de que la presencia divina está con ellos y con lo que hacen.
C. La Biblia menciona como Israel como en tiempos del reinado del Rey Saúl fue a la guerra contra los filisteos, se llevaba el arca del pacto, tipo de la presencia de Dios, y el resultado fue la derrota, I Sam. 4:5.
D. Moisés al contrario no quiso seguir con el camino a la Tierra prometida sin tener la seguridad de que la presencia de Dios estuviera con él. La vida de adoración es una vida donde se está teniendo una estrecha relación con Dios y Su presencia y todo lo que se haga, se hable o piense está siendo dado por la voluntad de Dios. El anhelar la presencia de Dios es algo continuo de todo tiempo sin importar las circunstancias.

V. Una vida de santidad para con Dios (I Tes. 4:3)
A. Otro detalle importante que notamos en el pasaje anteriormente citado es otra razón de porqué el arca fue tomada por los filisteos, fue el pecado existente en los sacerdotes encargados en llevar el arca.
B. La santidad en el adorador es una característica que siempre debe existir. La Palabra nos dice “sin santidad nadie verá al Señor”, lo cual nos hace ver que para estar en la presencia de Dios, para adorarle es necesario estar limpios, purificados por la sangre del Cordero de Dios (Heb. 12:14).
C. La santidad es una demanda de Dios, implica apartarnos del pecado, arrepentirnos y tener un corazón deseoso de servirle a nuestro Dios (I Pedro 1:14:16).

VI. Tener un corazón sincero (Heb. 10.22)
  • La sinceridad es un característica de suma importancia para entrar en adoración.
  • Lo opuesto a la sinceridad es la falsedad, la mentira.
  • Cuando busques el rostro de Dios, debemos ser hallados irreprensibles, no teniendo deseos impuros ni tampoco teniendo como base la mentira si no la verdad (Filipenses 1:10).

Conclusión Podríamos mencionar que otras características como que el adorador debe tener sano su corazón, un apego grande a la Palabra de Dios y sus mandamientos, etc. Sirvan las mencionadas para que cada uno busque ser el adorador que Dios quiere que seamos y así nos encontraremos haciendo la voluntad de Dios. Derechos reservados: Franklin Ramírez Se permite su uso citando al autor.

La esencia de la adoración

por Gabriel Castro

...entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
Génesis 22:5

Este pasaje nos muestra la esencia de la adoración.

Abraham sabía que estaba obedeciendo a Dios y a eso era a lo que se refería cuando dijo: ADORAREMOS. Debemos tener claro que una cosa es la adoración y otra cosa son las manifestaciones de la adoración como el canto, la danza y otras. EL PRINCIPIO DE LA PRIMERA MENCIÓN se refiere a que la primera vez que algo se nombra en la Biblia muestra el propósito inicial y su desarrollo a través de toda la Escritura. En este caso la primera mención de la palabra adoración está en génesis 22:5 y su énfasis está en la obediencia.

SIN OBEDIENCIA NO HAY VERDADERA ADORACIÓN

Cuando Dios demanda de Abraham el sacrificio de su hijo, estaba probando su corazón. La verdadera adoración es una prueba de Dios para sus hijos. Por eso en la adoración Dios no mira las manifestaciones sino el corazón. Es posible cantar sin obedecer “Este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de Mí”.

Mateo 15:8, pero no es posible dar verdadera adoración sin obedecer, lo que produce en nosotros un canto para Dios. La adoración siempre implica una respuesta de corazón a lo que Dios me dice. La adoración está ligada a una obediencia real, constante, permanente para satisfacer el corazón de Dios, como hizo Abraham, obedeciendo inmediatamente y sin vacilar siendo probada su obediencia en los tres días de camino.

Otra característica de la adoración es dar lo mejor que Dios nos ha dado. Toda bendición debe ser devuelta a Dios en un acto consciente y deliberado de adoración para que Él pueda transformarla en bendición a otros, de lo contrario lo que acumulamos para nosotros tarde o temprano se volverá podredumbre espiritual. El hombre fue creado con la capacidad natural de adorar, pero se dañó cuando el hombre desobedeció.

La desobediencia implica no darle a Dios el lugar que se merece en nuestra vida. Por eso es que somos transformados en la medida en que adoramos, porque la obediencia crea en nosotros carácter. Toda adoración implica un reconocimiento de la autoridad de Dios como Rey y una proclamación de Su majestad.

Apocalipsis 4.2 La verdadera adoración es un reconocimiento del que está sentado en el trono.

Apocalipsis 19 en el mundo, cunado los súbditos van delante del rey se postran y le besan el anillo queriendo decir: Tú eres mayor que yo, reconozco tu autoridad.

Salmo 47:7 Debemos saber cómo manifestamos adoración expresando en nuestros cantos los que Él es, cantando con entendimiento e inteligencia, exaltando Su naturaleza, carácter, santidad y señorío, centrados en Él y no en nosotros PORQUE EL ES EL REY DE TODA LA TIERRA.

Estamos llamados a obedecer y al hacerlo reconocemos la grandeza de Su presencia.

Decálogo del ministro de alabanza


Diez consejos que sintetizan la actitud adecuada del Músico - Adorador:


I No tendrás la música como un dios, ni la plataforma como tu único territorio; reconocerás a Dios y su obra por encima de cualquier cosa, incluída la música.

II No te servirás a ti mismo, ni buscarás tu auto-realización personal, sino que procurarás el bien y la edificación del Cuerpo de Cristo.

III Servirás a todos, sea cual sea su edad, condición social o cultura.

IV Te asegurarás que Dios te quiere precisamente en ese lugar, contrastarás con tu comunidad el don que Dios te ha dado y revisarás constantemente tus aptitudes para el ministerio musical cristiano.

V Te alimentarás de la Palabra de Dios a diario, para tener la visión de Dios y la palabra profética para cada tiempo. Perseguirás la excelencia en todo.

VI Te someterás al liderazgo de la iglesia y colaborarás estrechamente con él con amor y mansedumbre.

VII Fomentarás a través de la adoración un sentido de comunidad amplio e integrador evitando todo espíritu elitista o sectario.

VIII No usarás la música para irritar, enfrentar o dividir.

IX Tendrás un corazón de pastor para con todos los involucrados en la adoración y mantendrás relaciones sanas, profundas y significativas con quienes colabores y sirvas, apuntando a la madurez en Cristo en lo social, lo psicológico y lo espiritual.

X Delegarás, estimularás y confiarás en los más jóvenes, sin dejar de respetar a los más mayores para ensanchar así los márgenes del ministerio que Dios te ha confiado.

Tomado de: Ministerio Prejuvenil, Santa Cruz, Bolivia

Recobrando tu identidad en Cristo Jesús

Pastor Heriberto Hermosillo







La clave para la vida cristiana

Es imposible vivir la vida cristiana por nuestras propias fuerzas.
Puedo decirle que a mí me costó mucho trabajo aprender esta verdad. Por largos años luché porque mi vida cristiana fuera victoriosa, gozosa y plácida.Yo estaba seguro que Cristo me había salvado, pero creía que lograr ese objetivo dependía de mí. Cierto día, el pasaje de Gálatas 5.22-23 cobró nueva vida para mí, pues afirma que “el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”. Dios me mostró que esas cualidades no eran parte integrante de mi vida, por lo que oré intensamente rogándole que me indicara cómo podría obtenerlas. Él me indicó que la clave para la vida cristiana es entender que Cristo vive en y por medio de nosotros. Esta verdad revolucionó mi concepto de la vida cristiana.

Nuestra condición antes de ser salvos
La Biblia dice que Dios nos dio vida cuando estábamos “muertos en nuestros delitos y pecados” (Ef 2.1) y que “éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás” (v. 3).Aunque esto parezca demasiado drástico, desde el punto de vista divino es una realidad irrefutable, como lo indican muchos otros pasajes bíblicos (Ec 7.20; Is 53.6a; Ro 3.10). No obstante, el Espíritu nos convenció de nuestro pecado (Jn 16.8), nos arrepentimos, por la fe recibimos la salvación que Cristo compró en la cruz, fuimos hechos hijos de Dios (Jn 1.12) y el Espíritu Santo vino a morar en nosotros y nos selló para el día de la redención (Ef 1.13; 1 Co 3.16). Pero siendo ya salvos, todavía confrontamos dos grandes problemas. El primero es que vivimos en un mundo lleno de maldad, rebeldía y corrupción que constantemente nos invita a rechazar o ignorar lo mejor que Dios tiene para nosotros. El segundo es que estamos expuestos a los deseos de nuestra carne y debido a eso, mientras estemos en este cuerpo mortal, jamás llegaremos a estar exentos de pecar

Nuestra relación con Cristo.
Al creer en Él entramos en una relación por la que somos nuevas criaturas que reconocen que “las cosas viejas pasaron” y que “todas son hechas nuevas” (2 Co 5.17). En Colosenses 3.1-7 Pablo explicó el significado de esa relación y dio órdenes explícitas al respecto, para luego enfocarse en las primeras palabras del versículo 4:“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste…” Es decir, que Cristo vive en y por medio de nosotros en la persona del Espíritu Santo que mora en nosotros. El mismo Pablo explica el significado de todo esto, diciendo:“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gá 2.20). Esta relación abarca dos aspectos fundamentales de la vida cristiana:estar en Cristo, lo cual nos hace aptos para ir al cielo (Fi 1.21); y saber que “Cristo en mí” nos hace aptos para que nuestra vida sea agradable y útil para cumplir sus propósitos. Cada mañana, entonces, podemos orar así: “Señor, mi vida es tuya.Te la he entregado y te doy gracias por lidiar con todo lo que confrontaré en este día”. Después, aunque tengamos tentaciones y adversidades, sabremos que no tenemos la responsabilidad de resolverlas por nuestra cuenta. Con su poder haremos frente a todo eso y disfrutaremos de un día productivo.

¿Por qué vive Cristo en nosotros?
  • Porque sabía que no podríamos hacerlo por nuestra propia cuenta. Sin la ayuda del Espíritu Santo nos sería imposible vivir como Él lo demanda (Jn 16.13).
  • Porque de esa manera Él lleva a cabo su labor en la tierra. Esto no quiere decir que seremos perfectos, sino que debemos vivir según la potencia de Cristo, la cual actúa poderosamente en nosotros (Col 1.29).
  • Porque Él desea tener relación personal con nosotros.Todo lo que implica esa relación jamás podrá llevarse a cabo si Él no vive en nosotros.

Nuestra responsabilidad al entrar en esa relación
  • Reconocer nuestro fracaso. Admitir que nos sentimos frustrados o derrotados espiritualmente aunque hayamos intentado que nuestra vida sea verdaderamente conforme a los designios de Cristo y nos haya sido imposible alcanzar nuestro objetivo.
  • Confesar nuestra incompetencia. Darnos cuenta de que aun si tuviéramos muchas otras oportunidades, con nuestros esfuerzos jamás podríamos obtener la victoria tan deseada sino que tenemos que decir:“Dios mío, no solo he fracasado sino que lo he intentado una y otra vez hasta no saber qué hacer, pero es evidente que mis esfuerzos han sido en vano”.
  • Creer que Cristo es suficiente para suplir toda necesidad. Él puede darnos la sabiduría necesaria ante cualquier decisión, dirigirnos a cada paso y fortalecernos con los recursos necesarios para hacer frente a los embates del maligno. para el efecto debemos tener presente la promesa de que si Él está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Ro 8.31-36).
  • Estar dispuestos a entregar nuestra vida a Cristo. Debemos abandonar nuestros esfuerzos por ser “buenos cristianos” o “hacer lo necesario” para agradarlo. En lugar de eso, rendírsela totalmente y saber que ante toda adversidad podremos ser “más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Ro 8.37).

¿Quién va a asumir el control de su vida, usted o el Señor Jesucristo que mora en usted en la persona del Espíritu, como Él mismo lo prometió? (Jn 14.18). Si somos prudentes, no vacilaremos en suplicar al Hijo de Dios que dirija nuestros pasos día tras día. Dispongámonos, entonces, a recibir sus directrices, sus instrucciones y su poder para tomar decisiones conforme a la voluntad de Dios. ¿De esa manera escaparemos de todos los problemas? No necesariamente.Tampoco quiere decir que jamás volveremos a pecar. Sin embargo, sí nos confirma que ya no tendremos que luchar con nuestros propios recursos. En lugar de eso, podremos confiar en el poder del Dios amoroso que cumplirá su propósito, limpiará nuestro corazón y vivirá en nosotros. Entreguémonos a Él diciéndole:“Señor, ya que tú vives en y por medio de mí, de hoy en adelante confieso que eso es verdad y me rindo a tu voluntad. Deseo que hagas lo que quieras en mi vida y en este momento me entrego a ti de todo corazón. En el nombre de Cristo.Amén”.

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